aprender a tocar violín demuestra una paciencia en el aprendiz pues el violín es muy malo desde que se inicia pero gentil al final.
Juan lopez

No quisiera olvidarlo en algún lado. Un violín es como una mujer. Es único. Hay muchas mujeres, pero sólo una es la que amas. Con un violín es lo mismo
Andre Rieu
El amor es como un violin. La musica podra detenerse ahora y despues pero las cuerdas lo recordaran por siempre
Anonimo
una mesa , un asilla, un plato de fruta y un violin, que mas necesita un hombre para ser feliz?
Albert Einstein
-- una botella de vino: juan lopez
Deja de pensar en la cuerda rota y concentrate en las otras tres.
Supera la adversidad y con tu voluntad, sigue tocando.
Supera la adversidad y con tu voluntad, sigue tocando.
ITZHAK PERLMAN
El
problema es que tocar el violin es muy dificil. Es muy dificil y la
dificultad se puede apreciar en el tiempo que un principiante, y me
refiero a un principiante medio, tarda en conseguir un sonido decente.
Cuanto tarda un principiante en sacar un sonido decente de un piano?
No hay comparacion!
Se puede tocar unba melodia simple en el piano y sonara bastante bien al momento.
En el violin es imposible, a menos que seas un genio.
ITZHAK PERLMAN
Cierto día, un músico callejero se situó en la entrada del metro de Washington, DC.
El violinista estuvo tocando durante 45 minutos. Empezó con Bach, luego el “Ave María” de Schubert, siguió con Manuel Ponce.
Eran las 8 de la mañana.
Pasaban cientos de personas frente a él, casi todas camino de sus trabajos.
A los pocos minutos, un hombre de avanzada edad reparó en el músico. Aminoró el paso, se detuvo unos segundos y emprendió de nuevo su camino. Un minuto más tarde, el músico recibió un primer dolar: sin pararse, una mujer lanzó un billete a la caja del violín. Poco después, un individuo se paró unos instantes a escuchar, pero al mirar su reloj, echó a andar de nuevo rápidamente; se le estaba haciendo tarde.
El que le prestó mayor atención fue un niño de unos 4 años. Su madre lo cogió y tiró de él, pero el pequeño seguía escuchando. Finalmente, su madre lo agarró fuertemente y siguieron andando. El niño, mientras caminaba, seguía mirando al músico con la cabeza vuelta.
Durante los 45 minutos que el músico estuvo tocando, tan solo hubo 7 personas que se detuvieron a escucharlo, pero todas muy brevemente.
En total, logró reunir ¡¡32 dólares!!
Nadie miró cuando el músico dejó de tocar. Nadie le aplaudió.
De entre el millar de personas que pasó por delante de él, nadie lo reconoció.
Nadie notó que el músico era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo.
En los pasillos del metro tocó algunas de las más bellas partituras que jamás se han escrito, y todo ello… ¡¡con un Stradivarius de 1713, valorado en 3.5 millones de dólares!!
Dos días antes de estos hechos, no quedaban entradas a la venta para su concierto en el teatro de Boston… ¡aunque costaban casi 100 dólares!
Esta actuación de incognito de Joshua Bell en la estación de metro fue organizada por el «Washington Post » para investigar la percepción, el gusto y las prioridades de la gente.
Estas eran las preguntas:
¿Podemos, en un ambiente cotidiano y a una hora inusual, apreciar belleza?
¿Nos pararíamos para apreciarla?
¿Podemos reconocer el talento en un contexto inusual?
Una de las posibles conclusiones del experimento podría ser:
Si no nos detenemos unos segundos a escuchar a uno de los mejores músicos del mundo cuando está tocando una de las más bellas partituras, ¿cuántas otras cosas extraordinarias nos estaremos perdiendo diariamente al no saber apreciarlas?
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